De Cicumba a Lempira: la difícil conquista de Honduras 2ª parte

Fragmento de la carta de Francisco de Montejo donde informa del inicio de la revuelta de Cerquín fuente Cartas de Audiencia AGI GUATEMALA, 9A, R.8, N.15 imagen 2.

Pedro de Alvarado en Honduras podría haberse jactado y decir: Veni vidi, vici, vine, vi y vencí y además funde ciudades.

Creyendo Alvarado, que todo estaba bajo control en su recién adquirida provincia, y queriendo afianzar su dominio tanto en Guatemala como en Honduras; por el mes de agosto de 1536 partiría para España a gestionar el reconocimiento del rey; mas tardo en alejarse de Honduras cuando el estado de anarquía volvió otra vez a la provincia, es en ese momento que aparece Francisco de Montejo para asumir el gobierno de tan hostil territorio.

Desde 1535, el rey le había concedido a Montejo la gobernación de Honduras[1], él había pasado varios años en la conquista de Yucatán, donde el renegado Gonzalo Guerrero le hizo fuerte oposición con sus amigos indígenas, al principio Montejo no acepto aquel nombramiento pues alego que estaba prácticamente en bancarrota[2], por lo que cuando se le pidió a Alvarado ayudar a los de Honduras creyendo que tenía vía libre aceptó la propuesta.

El rey no quiso aceptar un no como respuesta, prácticamente obligo a Montejo a venir a Honduras por lo que este tuvo que empeñar algunas propiedades y endeudarse a fin de preparar su expedición. La corona había informado a Pedro de Alvarado que Montejo al final había aceptado la gobernación, pero no recibió la misiva y después partió a España, lo que posteriormente causo fricciones entre ambos conquistadores cuando Alvarado regreso de España. Al final ambos conquistadores tuvieron que negociar para obtener la gobernación de tan esquiva y hostil provincia.

¿Quién fue francisco de Montejo?

 Francisco de Montejo, nació en Salamanca entre 1473-1479 y murió en Sevilla en 1553 era de la baja nobleza castellana, sin un maravedí pero con linaje, en ese momento era mejor que ser tenido como simple campesino o siervo. Sus padres fueron Juan de Montejo y Catalina Álvarez de Tejeda, vecinos de Salamanca. Fuera de matrimonio Francisco de Montejo tendría un hijo con Ana de León, descendiente de una familia sevillana probablemente de origen converso (judío), el hijo será conocido como Francisco de Montejo “el mozo”.

Después Francisco de Montejo “el viejo” se casó con Beatriz de Herrera, una rica viuda de Sevilla con la que engendraría una hija llamada Catalina de Montejo, este conquistador cruzo varias veces el Atlántico que para esa época era cosa notable, la primera vez fue entre los años 1513-1514, vino a tierras americanas acompañando a Pedrarias Dávila, quien había sido nombrado gobernador de Castilla del oro (Panamá). En esa región Montejo no encontró lo que buscaba, es decir fama y riqueza, ambas tan necesarias para un hidalgo; opto por regresar a las Antillas donde participo en la conquista de Cuba que dirigía Diego de Velázquez; logrando como premio a sus esfuerzos, tierras e indios de servicio. Administrando notablemente sus propiedades logro una mejora económica, que no siempre los conquistadores salieron de la pobreza, pese a que algunos lograban un buen botín; eran capaces de jugárselo todo a las cartas en una noche de juerga…

 Bernal Díaz del Castillo dice de Montejo:

El adelantado don Francisco de Montejo fue algo de mediana estatura, y el rostro alegre, y amigo de regocijos, e hombre de negocios, y buen jinete; e cuando acá pasó sería de treinta y cinco años, y era franco y gastaba más de lo que tenia de renta; fue adelantado y gobernador de Yucatán, e tuvo otros ditados; murió en Castilla[3].

Buen jinete dice Bernal, pero en la campaña de México no tenía caballo propio pues se dice que tenía uno a medias con Alonso de Ávila, un caballo alazán tostado y es que el costo de un caballo era elevado, así que lo compraban entre dos y lo cabalgaban cada uno en días alternos[4], para la campaña de México por lo menos Montejo proveyó 150 puercos[5] de su finca de Cuba.

Montejo se unió a la expedición de Hernán Cortés para la conquista de México y salió ganancioso adquiriendo tierras e indios de servicio, pero lo que anhelaba Montejo era su propio campo de operaciones, así que logro que se le concediera el título de “adelantado” de Yucatán y una capitulación para realizar su conquista, misma que le llevo a empantanarse durante años en una desgastante campaña militar, donde no encontraba las riquezas soñadas ni la gloria que tanto le esquivaba.  

Cuando llego a Honduras aquello era un polvorín a punto de estallar, bastaba una chispa que encendiera la insurrección y sucedió tan de repente, se esparció vertiginosamente convirtiéndose en una revuelta generalizada.

En este escrito no hare énfasis en la versión tradicional del cronista Antonio de Herrera (1549-1626), ni en la probanza de méritos del soldado español Rodrigo Ruiz; quien aseguro haber matado a Elempira en combate cuerpo a cuerpo; pues suficientemente se ha hablado de ello en las últimas tres décadas, desde que el historiador, Mario Felipe Martínez (1932-2012), en el Archivo General de Indias en Sevilla (AGI)encontró esa probanza de méritos. Me limitare a exponer la versión de los hechos de Francisco de Montejo, quien enfrento la rebelión, sus informes y cartas son bastante ilustradoras y nos dan más pistas para entender el dicho alzamiento. Las cartas que Montejo envió a España donde informo de la revuelta de Cerquín estan datadas en 1539 cuando el levantamiento se había sofocado.

Las cartas del gobernador Montejo

En una carta fechada el día primero de junio de 1539, Montejo escribió que había llegado a la provincia para terminar de pacificarla, informaba en esa carta que encontró la ciudad de Gracias en:

muy gran necesidad de bastimentos asy en los españoles como en los yndios a causa de las guerras y malos tratamientos que se les abian hecho con los achies amigos de guatimala que todos estaban despoblados y rrancheados en asperezas de sierras y con la mas diligencia que pude los asosegue e hize poblar e bolver  a sus casas y los fize senbrar y entender en sus granjerias[6]

Comentaba Montejo en su misiva, que había enviado a Alonso de Cáceres a pacificar la zona central de Honduras, donde por su encargo fundo una villa (1537) que puso por nombre Santa María de Comayagua[7].

Francisco de Montejo busco normalizar la situación en el gobierno, para eso necesitaba que la población indígena se asentase en sus pueblos y retomase su vida cotidiana y productiva, como decía el cronista Bernal Diaz del Castillo, Montejo era “hombre de negocios”, sin embargo, la revuelta estallaría irremediablemente. La chispa que encendió el fuego de la rebelión la atribuyo Montejo al asesinato de unos españoles y lo escribió de la siguiente manera:

yendo tres españoles de la villa de Comayagua a la ciudad de guatimala llegando a una provincia a que se dize cerquin terminos desta cibdad diez leguas della saliendo de un pueblo salyeron los yndios a ellos en el camino y los mataron yendo desquidados y siendo yo abisado dello lo mas syn escandalo que pude castigue a algunos dellos los mas culpados delante otros señores de la misma probincia y acavado de hazer justicia enbie los demas señores muy contentos a sus casas y un señor que abia sydo en ello que no se pudo aver junto toda la probincia y entraronse en un peñol la cosa mas fuerte que ay en estas partes y metieron en el muchos bastimentos[8]

Se comprende que el intento de Montejo fue hacer un juicio justo para evitar una confrontación mayor y que los indígenas no lo vieran como una afrenta, casi lo logra, porque los “señores” como los nombra Montejo, algunos de ellos se fueron contentos a sus comarcas, excepto por un líder que  “no se pudo aver”, es decir no participo en el juicio y se entiende según escribe el salmantino, este líder pudo haber participado en la muerte de los viajeros españoles. Este “señor” que rechazo aquel juicio, según la carta junto su gente y se refugió en el peñol con los suficientes bastimentos para soportar un largo asedio.

Por lo que explicó Montejo, se sobreentiende que en el peñol de Cerquín la resistencia había empezado desde la llegada de Pedro de Alvarado, allí se refugiaron cuando llego Juan de Chávez, uno de los Capitanes de Pedro de Alvarado, a Chávez no le fue posible penetrar en el peñol y levanto el sitio que les había impuesto[9].

El salmantino Montejo, para el asedio de este peñol envió un “fuerte contingente” con 80 soldados que se desplazaron desde Comayagua y de la villa de San Pedro[10], comunico en esta carta que:

duro este cerco seis meses donde se pasaron ynfinitos trabajos por que los dos meses postreros de noche y de dia no durmieron dando guerra porque estaba repartido en ocho partes el cerco[11]… 

Repartido en ocho partes el cerco, significaba que había ocho puestos defensivos, posiblemente alguna clase de muro de perímetro, desde las alturas del peñol parapetados, atacaban el enemigo con toda suerte de arma arrojadiza, constantemente salían del peñol a hostigar a los españoles; fácilmente podían escapar y además la ventaja de los caballos se perdía por lo abrupto del terreno.

Poco a poco, en esta carta de Montejo, se va comprendiendo que la revuelta fue escalonando a un nivel de confrontación total, las bajas españolas que a nosotros nos parecen irrisorias desde una perspectiva actual, demuestran cuan pocos eran los españoles en aquel momento. El adelantado Montejo relato que se mandó 19 soldados a pacificar un valle conocido como el Socorro; este valle posiblemente era en la misma zona del occidente de Honduras; pero no se logra precisar donde, indico Montejo que:

vino un español de los que abian ydo a sosegar el balle de socorro e dio nueba que llegado el capitan al balle y estando pacificandolo enbio tres españoles a descobrir otro balle dos leguas de alli y toparon con un capitan de la villa de San Miguel (El Salvador actual) y como se olgaron debellos fueronse a ellos y el capitan mandolos prender y hechar en cadenas con sus colleras y llebolos presos a la villa de san miguel e los yndios que con ellos yban bolvieron a dar mandado al capitan y dezille lo que pasaba y por no alborotar la tierra bolviose a la villa de comayagua y como los yndios bieron la dibysion que abia entre los españoles y que heran enemigos unos de otros y se prendian juntose toda aquella comarca y en el postrero pueblo de hazia la villa de comayagua que se dize guaxeregui estando descuydados los españoles por ser el pueblo de mejor voluntad dieron los yndios en ellos e de diez y seis españoles que abian quedado mataron los quinze y quedo el que llebo la nueba con siete heridas a la villa de comayagua[12]

Perder aquellos soldados era una verdadera debacle y complicaba las cosas para los españoles porque cada día se alzaban más poblaciones, Guaxeregui o Guaxerequi según William V. Davidson podría ser el actual Guajiquiro[13] (departamento de  La Paz).

Algunos de estos pueblos estaban de paz, pero advirtiendo que la revuelta se extendía, contagiados por el espíritu de lucha y viendo las bajas que sufrían los castellanos se animaban a tomar sus armas. El pueblo de Yamala, uno de los que estaban en paz empezó a prepararse para dar guerra a los conquistadores, habiendo construido algunas casas y aprovisionándose en un peñol de la zona, avisado de ello Montejo mando un hombre negro, para que les quemara el lugar:

tenian ya convertida la tierra que estaban faziendo muchas casas en un peñol muy fuerte que tienen e probeyendolo de bastimentos para en dando sobre mi recojerse ally e como fuy abisado dello ynbie un negro myo que sabia la lengua y el pueblo y peñol y mandele que fuese al peñol y sy hallase que lo poblaban que le pusiese fuego y el negro aunque con mucho temor fue al dicho peñol y allo quatro casas muy grandes hechas y otras quatro mayores llenas de maiz y pusoles fuego a las casas y al maiz e como los yndios lo supieron y que se sabia su concierto y que se abia atrebido a quemarselas obieron temor e binieron a dar su disculpa[14]

No especificó Montejo, si ese hombre negro era su esclavo o un hombre libre, lo cierto es, que los conquistadores trajeron algunos esclavos o servidumbre negra y participaron ampliamente en la conquista del nuevo mundo.

La recién fundada villa de Comayagua, fue asediada por los indígenas beligerantes y habían muerto un español y herido a varios, matando cuatro caballos animales vitales en las operaciones de guerra, de noche los pobladores abandonaron la villa con todo y su ganado (ovejas y puercos), llegando hasta el pueblo de Tencoa[15] el cual estaba en paz con los españoles, Montejo comento que ese mismo día llego noticia que el peñol se había rendido:

me bino nueba que con el ayuda de nuestro señor se abia tomado el peñol por fuerҫa syn peligro de ningun español aunque algunos quedaron heridos y en medyo del dia tomados todos los yndios que dentro estaban y asy tomados los dexaron salyr libres syn tocar en nynguno dellos a ellos y sus mujeres e hijos e los ynbiaron a sus casas por que yo asy se lo abia ynbiado a mandar que se fiziese que no poco bien asydo para toda la tierra porque en este peñol tenian toda su esperanca[16]

En su carta, Montejo, nunca menciona el nombre de Lempira, quizá porque no quería darle un mártir a la causa indígena, quién sabe sino lo consideraba importante como líder, pues había visto tantos, que otro más le daba igual. Una vez pacificada la zona del peñol de Cerquín, Montejo se dedicó a pacificar toda la provincia. Y como en cuestiones de guerra en la conquista del nuevo mundo, los enemigos no lo eran para siempre, acontecía que los guerreros una vez enfrentados a muerte devenían en aliados y colaboradores de los victoriosos. Francisco de Montejo, para asistir en la pacificación de la zona de Comayagua y alrededores, se movilizo desde la ciudad de Gracias, pero antes paso por el sitio de Cerquín donde consiguió que 1500 indígenas se le unieran como tropa auxiliar y lo registró en su carta:

saly con toda la gente que pude aver e fuy por aquella probincia de cerquin que ya estaba de paz y della y de las probincias comarcanas saque myll e quinientos amigos muy bien adereҫados e muy buena gente e fuy por todos los terminos desta ciudad y por todo lo que estaba de guerra y por doquiera que yba todos los pueblos alҫados que allaba los dexe sosegados y de paz hasta que pase de la otra parte de la villa de comayagua[17]

Una vez en la zona de Comayagua apaciguo los pueblos de los alrededores y luego se encamino a la zona de Olancho que también pacifico:

en quatro meses que por alla andube pacifique e conquiste todas aquellas probincias hasta el balle de ulancho y en todo este tiempo nunca se hizo un solo esclabo[18]

La idea de Montejo era congruente con su visión de hombre de negocios, no servía de mucho hacer esclavos de guerra, pues aquello solo podía agregar más resentimiento entre las poblaciones indígenas y el necesitaba pacificar la región y que fuera productiva económicamente; de tal manera que podría considerarse a Montejo como el que creo las bases de lo que posteriormente sería el gobierno y la administración española.  Asimismo, comenta Montejo en su comunicación, que refundo la ciudad de Comayagua que había sido abandonada por sus pobladores y nombro alcaldes y regidores[19].

La rebelión de Cerquín, debe ser entendida como un levantamiento extrarregional, no solo en la provincia de Honduras sino conectarse a los hechos que sucedían en la vecina región del actual El Salvador, Montejo en su escrito, informo que pidió ayuda a Guatemala y nunca le proveyeron refuerzos; pero que cuando la revuelta llego a la villa de San Miguel; se dieron cuenta de la gravedad del asunto y finalmente le apoyaron, informo el salmantino que:

aunque les enbie muchos mensageros haziendoles saber la estrema necesidad que tenia y en quanto aprieto estava y no les ynbie a pedir otra cosa syno docientos amigos en el tiempo que estaba cercado el peñol y toda la tierra alҫada y jamas me socorieron de ninguna cosa hasta que se alҫo la villa de san miguel ques de su gobernacion y parescio aver muerto cinquenta o sesenta españoles por los caminos y tenian cercados a los españoles en la villa y a esta causa el gobernador y el obispo fueron alla con la mas gente e amigos que pudieron y despues de pacificados el gobernador ques el licenciado maldonado rogo al obispo que enbiase cien amigos a la villa de comayagua tan cerca y asy lo acordaron e mandaron a un capitan que desque acabase de pacificar la tierra se juntase con el capitan alonso de caceres que estaba por mi en la villa de comayagua y le diese los cien amigos e ydo el governador ynbio a mandar el obispo a francisco del barco ques el que los tenia a cargo que so pena de descomunion que no los metiese en estos terminos y el dicho francisco del barco como se lo avia mandado el gobernador e se junto con alonso de caceres[20]

Los personajes referidos por Montejo y que vinieron desde Guatemala fueron el licenciado Alonso de Maldonado, quien posteriormente fue presidente de la audiencia de Guatemala y se casó con la hija de Montejo, el obispo que refiere fue Francisco de Marroquín, mientras que Francisco del Barco participo en la conquista de México y Guatemala y fue encomendero de los pueblos de Tamara, Lepaterique y Ojojona[21].

Una sección de la carta que hemos venido citando, Montejo, la dedico a quejarse ante el rey por sus finanzas, expuso que no obtuvo premio por su esfuerzo y que ni los salarios como adelantado se le habían pagado, quejumbroso señalo que había empeñado sus propiedades para venir a Honduras, además, había hecho algunos prestamos por lo que estaba sumamente endeudado. Más apesarado escribió que hasta sus haberes personales había perdido cuando su esposa se movilizo desde México por barco previa escala en Cuba, escribió Montejo que su mujer:

de mas de andar corrida de franceses dos meses por los montes de la abana con toda su hazienda e casa e bastimentos donde se perdio mucha parte de lo que llebaba y llegada a esta tierra y desta cibdad estando sobre el peñol de cerquin fue dios servido de quemarseme la casa a la media noche e mi muger e hijos e casa salieron en camisa y por sacallos yo a todos de la manera que he dicho quede atajado del fuego y por una pared salte por la llama del fuego fue tan rezio y tan supito que no se escapo caballo ni gato ni perro ni cosa que dentro estubiese syno todos como he dicho en camisa y aun se quemaron dentro algunos nyños que no pudieron salyr[22].

Que se le haya quemado la casa y que unos niños perecieran en el incendio denota la dureza de aquel momento en la provincia, pero no cejaban los españoles en su intento de conquista y los indígenas en defender la tierra de sus mayores.

Una carta fechada en 15 de agosto de 1539, la que según Montejo envió por la vía de México, porque debido al conflicto por la jurisdicción que tenía con Pedro de Alvarado, prácticamente lo tenían acorralado y la correspondencia vigilada, él expreso  en la misiva: “me tienen aqui cabtivo que por ninguna parte me dexan hacer mensajero[23]”, le explicaba al rey en esa nota que a su llegada había terminado de pacificar la región, asentar las poblaciones y le participo del inicio y la duración de la revuelta de Cerquín:

Sabra Vuestra Majestad que despues de tener pacificada la tierra y poblada esta cibdad de gracias a dios y la villa comayagua y reformada la villa de san pedro y principada otra villa en el puerto de cavallos se rebelo toda la tierra y mataron ciertos cristianos que no quedo ninguna cosa en toda la tierra que no se alҫo y yo la torne a pacificar y traer en el estado que nunca se penso y duro la guera dos años y en ella se an pasado grandes trabajos y muertes despañoles[24]

Exponía el salmantino, que dos años duro la guerra (1537-1539) y acentuaba siempre, que pacifico la tierra sin daño del pueblo y sin hacer un esclavo.

En la carta de agosto, Montejo, informo de la llegada del obispo Cristóbal de Pedraza, quien ostentaba el cargo de protector de los indios, pero también tenía la tarea de servir de mediador entre él y Alvarado; en el pleito por la gobernación de la provincia, Montejo aseguro que le mando hacer una casa al obispo y le dio un pueblo de indios de servicio[25]. La opinión de Montejo sobre el obispo no es del todo favorable, porque habiéndolo dejado instalado con casa y servidumbre, fue a continuar la pacificación de Comayagua, apunto Montejo que:

menbiaron a llamar con mucha priesa quel Obispo rebolvia toda la tierra y crea Vuestra Majestad quel no es hombre sino enemigo y el mas crudo hombre para indios y cristianos que ay en el mundo[26].

En otra carta siempre de junio de 1539 aclaraba su sentir y pensar sobre el obispo Pedraza, revelando que:

yo hize rrelacion a Vuestra Majestad de la llegada del licenciado Xptoval de Pedraza y de como yo le recibi y me olgue con su benida no sabiendo su bida e costumbres aunque de mexico me escribieron muchos que me guardase del por que abia de engañar en todo lo que pudiese[27]

Aunque Montejo no lo aclara en sus cartas, la flota de Pedro de Alvarado anclo en Puerto Caballos el 4 de abril de 1539, a Pedro de Alvarado habituado ya a la visión del trópico, todo pudo parecerle normal, pero para Lande de Bresyp, originario de la ciudad medieval de Bruselas, que venía inmiscuido en la tropa de 300 soldados españoles, debió de resultarle novedoso. Quizá atraparon su curiosidad las tonalidades del verde en el follaje de los árboles y la imponente sierra de Omoa, en contraste con el umbrío mar Caribe en días de temporal, el cual en calma se torna de un azul refrescante, que podría inclinar a cualquiera a momentánea meditación. Este soldado de Bruselas no era el único ajeno al mundo español, otro  soldado, Juan Esteban Balbi procedía de la ciudad italiana de Turín, un tal Hernán Álvarez Colaco (portugués) viudo venia con nueve hijos, tres eran mujeres y procedía de Angla los Azores según se registra en la documentación, pero podría ser Angra do Heroísmo, la capital de la isla Terceira o Tercera como decían los españoles, en el archipiélago de las Azores, situada en pleno océano Atlántico; a medio camino hacia América. De Niza, Francia, se sumó a las filas de Alvarado un tal Juan de Ribera, porque la novedad de las tierras descubiertas cautivaron a todos, por supuesto venían españoles de toda la península: vascos, andaluces, castellanos, cántabros  y un Cristóbal, negro libre[28].

Montejo se quejaba que esta gente que traía Pedro de Alvarado era con el fin de ponerla en su contra y protestaba que la intención de Alvarado era mandarlo en cadenas a España:

llegado al puerto con el armada que dize que traya para la china que segun a parescido no hera mas de para contra my publicando que traya esta governacion y que le avia mandado Vuestra Majestad que me enbiase con unos grillos a españa[29]

Cuando Montejo dice que traía la armada para la China, es porque en realidad el ambicioso de gloria y fama, Pedro de Alvarado, esperaba construir una flota de barcos (que lo hizo), cruzar el océano Pacífico y conquistar las ansiadas islas de las especias en el lejano oriente, pero la muerte lo encontró en México en la revuelta del Mixtón.

En un momento de las negociaciones y para hacer más sostenible sus peticiones, Alvarado en la ciudad de Gracias, movió 50 arcabuceros a casa de Pedraza, que estaba cerca de la plaza pública, y adyacente también estaba la de Montejo; otros 50 arcabuceros estaban en la casa de Gonzalo de Alvarado e igualmente Pedro y sus jinetes estaban listos para intervenir[30].

No hay que desestimar el poder de fuego de un arcabuz de la época, cuyo alcance era de 50 metros y muy letal, traspasaba una armadura efectivamente. Afortunadamente la sangre no corrió en aquella ocasión, Montejo en desventaja en cuanto a número de soldados y pertrechos, no pudiendo prevalecer en su reclamo de la gobernación tuvo que negociar alcanzado un acuerdo con Alvarado, que en su parte toral consistió en que: Alvarado renuncio a la gobernación de Chiapas a cambio de Honduras-Higueras, debió de dejar de lado las reclamaciones que había fijado en 17.000 pesos de oro, por perdidas resultado de ciertas confiscaciones que Montejo le había hecho. Alvarado adicionalmente transfirió su encomienda de Xochimilco con todo sus derechos y ganancias en favor de Montejo, como compensación adicional, Alvarado pagaría a Montejo la suma de 200 pesos de oro dentro de los seis meses siguientes al acuerdo[31].

 Así termino la gobernación de Montejo, un par de años después regresaría otra vez a gobernar Honduras, pero ya sin sobresaltos de ninguna índole, culminando así el periodo de la conquista e iniciando el gobierno colonial.

A manera de conclusión diremos que algunos datos sobre la revuelta de Lempira, sin duda son exagerados, porque no es posible que Lempira haya reunido treinta mil guerreros, porque a pedradas hubieran masacrado a toda la hueste española. La versión del cronista Antonio de Herrera, quien expuso que Lempira fue muerto a traición encuentra contradicción con la probanza de méritos de Rodrigo Ruiz, el cual asevero haberlo matado en lucha cuerpo a cuerpo. Las cantidades de indígenas alzados quizá pudieron ser un par de miles, y los españoles un puñado mientras que quizá la tropa auxiliar indígena sumo otros cientos, pero nuevas investigaciones en archivo y arqueológicas podrían agregar más datos y comprender como fue aquella lucha.  

Durante mucho tiempo se suponía que Antonio de Herrera era el único que mencionaba a Lempira y viéndolo bien, a nuestro juicio sigue siendo una sola mención, es decir Antonio de Herrera nunca vino a América, fue un historiador, quien tomo notas de las fuentes escritas, a saber: informes, cartas de gobernadores, probanzas de méritos, solicitudes de premios o cualquier otra petición; e hipotéticamente pudo haberse enterado de oídas de la petición de Rodrigo Ruiz cuando redacto su libro, quizá hojeo el documento en los archivos del Consejo de Indias o en cualquier otro archivo del momento y lo demás es historia, la historia épica de Honduras…

SIGLA:  AGI (Archivo General de Indias)


[1] Chamberlain Robert S. THE CONQUEST AND COLONIZATION OF HONDURAS 1502-1550. CARNEGIE INSTITUTION OF WASHINGTON D.C, 1953 p.38

[2] Ibid. p.48

[3]Diaz del Castillo Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Editorial Espasa Calpe, Col Centenario II, Madrid p. 686

[4] Miralles Juan. Hernán Cortes: Inventor de México, Volumen I, Editorial ABC: Folio, Madrid- Barcelona , 2004. p.80

[5] Ibid. p. 84

[6] AGI GUATEMALA 9A, R.8, N.15 CARTAS DE AUDIENCIA. Carta de Francisco de Montejo, gobernador de Honduras. Folio o imagen N° 1. Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/346540?nm  

[7] Ibid.

[8] Ibid. folio o imagen N° 2

[9] Ibid.

[10] Ibid.

[11] Ibid.

[12] Ibid. folio o imagen n°2-3

[13] Davidson William V. HONDURAS INDIGENA DICCIONARIO GEOGRAFICO-HISTORICO DE TOPONIMOS Y LUGARES INDIGENAS Tomo I  Academia Hondureña de Geografía e Historia, Tegucigalpa,2016, p. 205. Disponible en: http://williamvdavidson.com/pdf/Honduras-Indigena-Davidson.pdf

[14] AGI GUATEMALA 9A, R.8, N.15 CARTAS DE AUDIENCIA. Carta de Francisco de Montejo, gobernador de Honduras. Folio o imagen N° 3. Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/346540?nm

[15] Ibid. folio o imagen n°3-4

[16] Ibid. folio o imagen n°4

[17] Ibid.  

[18] Ibid. folio o imagen n° 5

[19] Ibid.

[20] Ibid. folio o imagen n° 13-14

[21] Véase Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, Francisco del Barco, disponible en: https://dbe.rah.es/biografias/36927/francisco-del-barco

[22]  AGI GUATEMALA 9A, R.8, N.15 CARTAS DE AUDIENCIA. Carta de Francisco de Montejo, gobernador de Honduras. Folio o imagen N° 17. Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/346540?nm

[23] AGI GUATEMALA 9A, R.8, N.18. CARTAS DE AUDIENCIA. Carta de Francisco Montejo, gobernador de Honduras. Folio o imagen N° 1 disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/346543?nm  

[24] Ibid.

[25] Ibid.

[26] Ibid. folio o imagen N°2

[27] AGI GUATEMALA, 9A,R.8,N.14. CARTAS DE AUDIENCIA. Carta de Francisco de Montejo, gobernador de  Honduras. folio o imagen n° 1.  disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/346539?nm

[28] Datos entresacados de las listas de pasajeros a Honduras  en el Catalogo de Pasajeros a Indias Durante los siglos XV, XVII y XVIII Redactado por el personal facultativo del Archivo General de indias bajo la dirección del director del mismo Don Cristóbal Bermúdez Plata Volumen II (1535-1538) Sevilla, Imprenta Editorial de la Gavidia,

1942.

[29] AGI GUATEMALA 9A, R.8, N.18. CARTAS DE AUDIENCIA. Carta de Francisco Montejo, gobernador de Honduras. Foliono imagen N°2. disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/346543?nm

[30] Chamberlain Robert S. op cit  p. 172

[31] Ibid. p. 174-175

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