Trujillo, Honduras, los valientes vasallos del rey y la lucha contra los corsarios 1570-1599

Hace mucho tiempo, en Trujillo, alguien podía jurar que existían caballeros, de los de adarga antigua, rocín flaco, no se sabe si galgo corredor, tampoco si en sus viandas había una olla de algo más vaca que carnero, que era toda la hacienda de don Quijote de la Mancha. Aquellos pobladores de la costa caribeña hondureña, en su defensa desempolvaban las adargas, lanzas, rodelas, escopetas, arcabuces y demás panoplia, tanto antigua como moderna con la que cruzaron el Atlántico hacia el nuevo mundo.    

Con todo esto a Trujillo, algunas veces la quemaron los corsarios y piratas, un par de ocasiones un accidente, quizá una chispa y los techos de manaca fueron pasto de las llamas reduciendo la ciudad a cenizas (que la imagen pinta dramática solo de pensarlo). Todavía en el siglo XVIII, las autoridades de la ciudad pedían construir con ladrillo o adobe y en vez de manaca se utilizará teja. Los accidentes son parte de la vida, los corsarios y piratas respondían al duelo de potencias europeas por el control de las rutas y las riquezas del nuevo mundo. En este caso la ciudad de Trujillo, sin buscarlo era el escenario de una confrontación global y la lucha era constante y dramática.

Nadie pensaría que en el siglo XVI, Trujillo, apenas un villorrio en frente del Caribe fuera asediada constantemente por corsarios. El cronista mayor de indias, Juan López de Velasco (1530-1598), mencionaba en su tiempo que Trujillo apenas tenía cien vecinos españoles, alrededor había 24 pueblos de indios con 600 indígenas tributarios, es decir era una modesta población en términos demográficos[1].

Ambos corsarios y piratas a mi juicio, que reconozco, está lejos de ser objetivo en cuanto se refiere a estos, tajantemente les llamo delincuentes y ladrones del mar, aun hoy día no hay mucha diferencia entre estos forajidos del mar y los funcionarios de compañías multinacionales y organismos de crédito internacional.

Sin embargo, valga una simple definición, un corsario era un navegante que practicaba la guerra a nombre de un gobierno, quien le concedía una patente de corso; que no era más que un documento por el cual una nación le autorizaba atacar naciones enemigas en tiempo de guerra y por supuesto compartir las ganancias de lo adquirido o robado según se prefiera. Por otra parte, los piratas, eran simplemente criminales que a bordo de una o más embarcaciones, asaltaban, asesinaban, secuestraban cualquier barco sin importar nacionalidad, en función de su beneficio personal y de sus camaradas.

Aunque se considera el siglo de XVII como el “siglo de oro” de la piratería, en estas breves líneas nos referiremos a los ataques de corsarios en el siglo XVI y la defensa de la ciudad de Trujillo.

Las probanzas de méritos contaban historias de corsarios

Sucede muy a menudo que nadie se acuerde de los caídos en combate, con suerte, tienen una tumba con un nombre al cual llevar flores, y a veces ni eso. Acontece también que los veteranos de guerra, viejos, lisiados y con cicatrices de cruentos combates; van por los lúgubres laberintos de las burocracias, buscando una compensación por los servicios en combate. Es lo que parece que acaeció con algunos de los que enfrentaron los odiados corsarios, por sus reclamos y peticiones podemos entender como fue la constante lucha en el caribe hondureño.   

En 1571, la audiencia de Guatemala mando hacer información secreta para conocer los méritos de Diego López, vecino de la ciudad de Trujillo, quien había desempeñado los cargos de alcalde ordinario y teniente de gobernador durante la gestión del gobernador de Honduras, Alonso Ortiz de Elgueta (1563-1567). Debido a los constantes ataques de corsarios franceses, se le nombro capitán de la ciudad de Trujillo.

La indagación secreta tenía como fin, responder quizá, a una solicitud de Diego López por algún tipo de recompensa por sus servicios. Un testigo, Hernán Martin, vecino de la ciudad de Guatemala, cuya declaración le fue tomada el catorce de febrero de 1571, aunque no especifico la fecha exacta, conto que cierto navío francés arribo a la isla de Guanaja para posteriormente intentar asaltar la ciudad de Trujillo. Según este testigo:

el dicho Diego Lopez como lo supo el e otros vezinos de la dicha ciudad fue a su costa en un navio e un vergantin acometer el dicho cosario (sic) antes que viniesen a robar la dicha ciudad y el dicho Diego Lopez y los demas vezinos le acometieron e por fuerҫa de armas los rindieron e mataron muchos dellos e hirieron otros e tomaron la dicha nao e los que en ella quedaron los enbiaron a esta real audiencia con la vandera que los dichos franceses trayan demas de lo cual podra aver cinco años poco mas o menos que torno a bolber a la dicha ciudad otros dos navios franceses cosarios para robar la dicha ciudad de Truxillo y este testigo oyo dezir por publico e notorio en esta dicha ciudad de Guatemala a muchas personas que se hallaron presentes quel dicho Diego Lopez siendo capitan con los vezinos de la dicha ciudad les defendio el puerto e fue parte que no robasen los dichos franceses ni entrasen en la dicha ciudad a robarla en lo qual trabajo el dicho Diego Lopez muy bien y sirvio a su magestad como buen vasallo[2].

Otro declarante, Gabriel Mejía, igualmente menciono las ocasiones que los franceses pretendieron robar en Trujillo, asevero que unos cinco años lo habían intentado, explico que Diego López  “junto las mas gente que pudo” y que:

los dichos franceses que pretendieron robar la dicha ciudad y como vieron la defensa que avia y como les hazian rostro se fueron los dichos cosarios sin hazer mal ni daño[3].

Los informantes, aseguraron que Diego López tenía casa poblada con su mujer, hijos, criados, armas y caballos para servir al rey, algunos de ellos dijeron que estaba endeudado o “pobre”, sugerían que el rey le podría conceder alguna merced o premio por sus amplios servicios.    

En 1578, en la audiencia de Guatemala, se efectuó otra averiguación secreta para conocer los méritos y servicios de Lázaro Tirado, que también era vecino de Trujillo. Uno de los informadores fue Álvaro de Paz, en su declaración de ocho de marzo de ese año, entre otras cosas este afirmo que:

por relacion del capitan Diego Lopez que a dado a este testigo a dicho quel dicho Lazaro Tirado a servido a su magestad en los recuentros (sic) que alli abido con los franceses cosarios y que lo a echo como muy honbre de bien y sienpre a tenido noticia quel dicho Lazaro Tirado esta casado en la dicha ciudad de Truxillo con hija de conquistador y es uno de los honrados honbres que ay en aquella dicha ciudad de Truxillo[4].

Hernando Martin, llamado a declarar el doce de marzo, fue un poco más específico y aporto más datos sobre los servicios de Lázaro Tirado, pues comento que:

El dicho Lazaro Tirado a servido a su magestad en la dicha ciudad de Truxillo en todos los recuentros que ha abido de franceses cosarios con su persona y armas y hazienda e dado de comer a muchos soldados y tenidolos en su casa que muchas vezes estan alli en la dicha ciudad de Truxillo sirviendo a su magestad[5].

Los testigos aseguraron que era hijo del conquistador Juan Tirado, casado con casa poblada y que había servido al rey con sus armas y caballos. Que tanto el padre como el hijo, habían gastado su hacienda sirviendo al rey en cuanta refriega hubo por esos rumbos, quedando por consiguiente muy pobres.

Otro de quien se hizo averiguación secreta en la audiencia de Guatemala fue Alonso Becerra. Uno de los llamados a declarar, fue Diego Páez, escribano público de la ciudad de Trujillo, cuyo testimonio fue recibido el 18 de febrero de 1575; Páez, especifico que Alonso Becerra era hombre honrado; “que tenía casa poblada con criados negros, armas y caballos”, igualmente explico que:

vido que cuando binieron sobre la dicha ciudad de Truxillo Juan Buen Tiempo e Juan Bautista de Larochela franceses luteranos para quemar y robar la dicha ciudad el dicho Alonso Bezerra se hallo dentro en conpañia de otras personas que dentro estaban los quales defendieron la dicha ciudad con sus armas y caballos diez y ocho o veynte dias que los dichos franceses estubieron sobre la dicha ciudad y sienpre el dicho Alonso Bezerra de noche y de dia armado guardaba la dicha ciudad a la entrada della[6]…  

Aunque se dice que los nombres no se traducen, este no era el caso con los españoles de aquel tiempo, y la manera particular de hacerlo tiende a confundir pues hay mucha distancia en decir Juan Buentiempo en lugar de Jean Bontemps, este que dicho sea de paso ataco varios lugares del Caribe. Que ese asedio de los corsarios haya durado veinte días nos permite entender el grado de complejidad que tenía aquella defensa.

Diego Páez, también mencionó el nombre de otros dos asaltantes del mar, en su particular pronunciación, este testigo:

oyo dezir y es cosa publica que al tienpo que los capitanes Juan Planes y Jacome de La piel franceses luteranos binieron sobre la dicha ciudad de Truxillo e ysla de la Guanaja cada uno de por si el dicho Alonso Bezerra fue a la dicha ysla de la Guanaja con otras personas e avian preso y rendido al dicho capitan e la nao en que avian benido a la dicha ysla de la Guanaja y que en ello el susodicho avia hecho servicio a su magestad[7].

Es extenuante tratar de buscar lo más aproximado para volver a traducir esos nombres al francés, Juan Planes o Jacome de la piel o de Lapiel, no sabemos por ahora quienes fueron estos sujetos.

En 1583, Mateo Simón, quien dijo ser vecino y poblador antiguo de la ciudad de San Pedro, casado con la hija de Francisco Godoy, vecino también de la misma ciudad, quejumbroso aseguraba estar pobre y necesitado. Le pedía al rey le hiciera alguna merced, que en cualquier caso podría ser una pensión; una encomienda con indios de servicio, un puesto en el gobierno local o provincial. Por la declaración de testigos se entiende que Mateo Simón enfrento los corsarios franceses, tanto en Puerto Caballos (Puerto Cortes) como en Trujillo.

Un minero de Comayagua, Juan García, testigo en la indagación de méritos de Mateo Simón, hablo casi en los mismos términos y antecedentes sobre aquella continua lucha. Testificó Juan García que conoció a Mateo Simón:

en la ciudad de Truxillo en tiempo que vino el capitan “buentiempo” yngles que hera un cosario que andava robando por la mar del norte el qual llego al dicho puerto de Truxillo a pedir bastimentos no se los quisieron dar y le defendieron el puerto e que este testigo vio alli en defensa de la dicha ciudad e puerto de Truxillo al dicho Mateo Ximon con sus armas en compañía de otros soldados[8].  

Aquel minero, al igual que muchos, hacía su particular traducción de los apellidos extranjeros, el testigo confundía la nacionalidad del corsario, pues ya hemos asentado que Bontemps era francés, quien causó mucho daño en las posesiones españolas. Sin duda era atrevido, descaradamente pedía provisiones, en esa ocasión se portaron bravíamente los defensores de la ciudad.

Por el año de 1572 en un intento de cometer sus fechorías en la isla de Curazao, Bontemps, moriría traspasado por la efectiva puntería de un ballestero español, otros aseguran que fue la flecha de un indígena, da igual, de no ser por su madre si acaso la tenía, no creo que alguien más lo lamentara.

Las peticiones de alguna merced o gratificación, por parte de veteranos en la lucha contra los corsarios en el siglo XVI, al menos los que se han podido consultar, nos brindan una ligera idea de cómo pudo ser aquel constante conflicto en la costa norte hondureña. Casi todos los testigos aseguraron, que los individuos que solicitaban alguna compensación estaban pobres y pasando necesidad. Lo cual no deja de ser un simple formulismo, para conmover la animosidad que por parte de los burócratas pudieran tener, pues muy pobres no eran, en el caso de Alonso Becerra se dijo que tenía “criados negros”. 

Los preparativos de la defensa y logística en Trujillo

El cronista de indias, Juan López de Velasco, en su texto Geografía y descripción universal de las Indias; cuya información fue recopilada desde los años de 1571 a 1574, fechas que coinciden con las que mencionamos en este escrito; al referirse de Trujillo da la siguiente semblanza:

en un asiento fuerte por la naturaleza: el sitio que esta es en un alto, cerrado de una barranca tajada y por arriba cerrada de tapieria, adonde se sube desde la mar por una calzada hecha a mano, y arriba en lo alto, en un llano, al pie de una sierra do hay agua mucha y buena, tiene cuatro falcones en la puerta, que se cierra de noche por temor de cosarios franceses de que es muy infectada, y otras dos piezas de bronce en lo alto, y cuatro o cinco de hierro[9].

Cualquiera que haya estado en Trujillo, sabe de lo que está hablando el cronista López de Velasco, efectivamente, parte del asiento antiguo de la ciudad está ubicado en un alto donde se ubicaban las piezas de artillería de bronce y de hierro que sumaban seis. Los falcones, se colocaban en la puerta de la ciudad. Esto nos permite deducir que había algún cerco o empalizada, en el perímetro urbano; con una puerta y su respectivo servicio de guardia; porque difícilmente pudo haber una muralla de piedra de cantera o algo parecido.

En 1579, con miras defensivas, se hizo relación de las armas que poseían los pobladores de la ciudad de Trujillo, así como de la artillería del lugar; 49 vecinos fueron enlistados con sus respectivas armas. Al capitán Diego López, se le encomendó hacer esta lista, la cual el mismo encabezo y poseía entre su parafernalia guerrera:

un caballo y una lanҫa y una adarga un cuerpo de armas fuerte y tres celadas, tres partesanas una cota dos picas dos hespadas una rodela un montante y dos arcabuces con todos sus adereҫos[10].   

Mientras que Juan Bautista de Castro, alcalde ordinario de la ciudad, presento como suyas, tres lanzas, una partesana, un montante, una espada y una escopeta con toda su munición y se le mandó que tuviese un caballo a disposición[11]. En tanto que Lázaro Tirado mencionado líneas atrás, tenía un arcabuz, dos lanzas, una partesana, dos espadas y una rodela, asimismo se le mando que tuviera un caballo[12]; parece que su situación había empeorado porque ya no poseía su cabalgadura; hubo vecinos como Juan Martin que apenas poseía una lanza[13].

Las armas iban desde antiguas como las partesanas, especie de lanza que se había usado desde la época medieval, un montante, era una espada que se usaba con dos manos, la adarga y la rodela eran escudos que bien podían detener un golpe de espada, pero es dudoso que fueran efectivas contra un arcabuz o una escopeta, pero de algo servían a los vecinos de Trujillo.  

Antón Yanez, alguacil de la ciudad, quien tenía a cargo la artillería, brindo la lista del armamento que comprendió, “una pieza de hierro colado de 18 quintales, un falcon de bronce con dos cámaras que pesaba cuatro quintales”. Estas dos piezas de artillería, por el peso es de suponer, ya que no somos expertos en armamento del periodo, eran las de mayor alcance. Completaron la lista “cuatro falcones dobles con dos servidores cada uno, que los dos de ellos pesaban seis quintales y los otros dos a tres quintales”. Igualmente se asentaron en la lista, “dos versos en las troneras de las puertas de la ciudad con cada dos servicios, todas estas piezas con sus balas y dos quintales de pólvora[14]. El “verso” era una pieza de artillería ligera, menor que la culebrina. Y no menos importante Antón Yanez declaro tener a su cargo 25 mosquetes[15].

Quizá a simple vista el poder de fuego de la gente de Trujillo no parecía ser tan aterrador. Pero en el siglo XVI, España regia el mundo y algo de ese orgullo, la idea de un destino y un ideal de cruzada, como siempre servían de acicate para arrostrar cualquier penuria. Acaso no acentuaban que los corsarios franceses eran luteranos, que es lo mismo que herejes a los que se tenía que combatir.

Los informes oficiales también contaban historias de corsarios

El gobernador de Honduras, Rodrigo Ponce de León, quien enfrentó la amenaza de los corsarios dejó todo documentado en sus informes. En enero de 1587, a este funcionario le fue avisado que siete galeones con más de mil hombres habían salido de Inglaterra y de la ciudad de Flejingues[16] (así lo consigna el documento). Un antiguo diccionario dice que ese lugar estaba en la provincia de Zelanda, sin duda la actual ciudad de Flesinga en los Países Bajos, que acarreaban un largo conflicto bélico con España.

Rodrigo Ponce de León, inició preparativos para enfrentar la nueva agresión. En Puerto Caballos, se alistó la defensa, emplazando dos piezas de artillería de bronce con municiones suficientes, instruyendo a la población civil sobre lo que debían hacer en caso de ser atacados. Como medida de emergencia, hizo evacuar las mercaderías y moneda que estaban en el puerto, para que no cayeran en manos del enemigo. Luego partió en una fragata con rumbo a la ciudad de Trujillo, donde también preparó la defensa. A dicha ciudad, Rodrigo Ponce de León, llevo cuatro piezas de artillería de bronce con su respectiva munición. Según señala en su informe:

Llegado a esta ciudad enpece a hazer un fuerte en una punta que hazia la tierra que llega a la mar el qual esta acavado y a quedado tan bueno que del se descubre toda la playa y costa de un lado y otro desta ciudad de suerte que de dia ni de noche no puede entrar en el puerto nao ni lancha que no sea vista en el qual ay seis pieças de bronce y una de hierro colado con buenas municiones que si con esto tubiera una media culebrina tenia este puerto la mejor defensa por estar situada la ciudad en parte muy fuerte[17].

El fuerte que mando hacer en una punta, viendo el mapa la única que hay en esa zona es por el rumbo del actual Puerto Castilla, quizá como puesto de avanzada estaría bien, pero la defensa verdadera estaba con el grueso de la población. También este funcionario hizo abrir un camino[18], para que las mujeres, niños y gente de servicio de los vecinos pudieran escapar hacia un valle cercano a la ciudad.RodrigoPonce de León, para evitar que la plata del rey cayera en manos de los piratas, decidió que no se enviase a Puerto Caballos, sino que a Guatemala y desde allí por tierra hasta San Juan de Ulua[19] (Veracruz, México), de donde partía la flota de la Nueva España.

Casi para culminar esa centuria, el cabildo de Trujillo, envió una carta informando la victoria frente al corsario francés Jeremías, empezaba la carta diciendo lo siguiente:

La ciudad de Truxillo de las provincias de Honduras dize que ya son notorios a V.A. los servicios señalados y dignos de memoria que los vezinos della y sus ascendientes han fecho a V.A. ansi en su descubrimiento, conquista y población, como en su defensa y conserva, contra cossarios que de ordinario han pretendido destruirla particularmente Juan de Buen Tiempo y Guillermo Bat, que por la mucha resistencia de los dichos vezinos no osaron saltar en tierra ni hacer daño y el año de setenta y ocho maestre Clor, que estando en la Guanaja fueron a buscarle, y le mataron con mucha de su gente y el año de noventa y dos Christoval Newpot ingles que en veinte y uno de mayo entro en la vaya (bahía) de la dicha ciudad con quatro navios y quatro lanchas en seguimiento de un navio de Pedro de Arpide que yva del puerto de cavallos, al qual rindio el dicho cosario y vatio la dicha ciudad y metio en ella mas de ciento y veinte valas, haciendosele de la dicha ciudad y fuerte della tanta resistencia que no se atrevio a hechar gente en tierra y partio a Puerto de Cavallos diciendo que yva en busca de las naves y de buelta tomaria la dicha ciudad[20]

El corsario inglés, Christopher Newport, quien algunas veces aparece en la documentación como Cristobal Neoporte, efectivamente ese año de 1592 ataco Puerto Caballos y tuvo éxito[21], pero al regreso en Trujillo fue rechazado de nuevo. Sabiendo que Newport iba a regresar, el cabildo mando juntar la mayor cantidad de gente, se hizo trincheras y defensas, se ordenó cerrar los caminos y se repartió estratégicamente la gente de armas, que eran noventa personas. El ocho de junio de 1592 volvió Newport a Trujillo, las medidas que se tomaron para la defensa de la ciudad surtieron efecto porque se retiraron los corsarios ingleses sin haber robado la ciudad[22].

Nuevamente en 1595, otro corsario francés, un tal Jeremías intentó robar Puerto Caballos sin éxito, donde perdió muchos de sus camaradas obligándose a buscar refugio en la isla de Útila. En la carta del cabildo de Trujillo, se lee que recibiendo órdenes del presidente de la Audiencia de Guatemala, Francisco de Sande, en que les “permitía se fuese contra los dichos cosarios que pernoctaban en aquella isla [23].  

El nueve de octubre de ese año al amanecer según decía la carta del cabildo:

surgio en el puerto de Utila, donde hallo al capitan Geremias cosario franzes sin descuido y a punto de guerra con otros quatro capitanes de que era general tres naos gruesas de alto bordo una goleta, y un patax y otros vajeles pequeños y quatrocientos hombres de mar y guerra y puesto que el dicho Pedro de Egurza alcalde no llevaba mas de setenta y seis soldados vezinos de la dicha ciudad y su tierra, le represento y dio vatalla naval y le venció y mato con mucha de su gente, y rindio la capitana y un patax , prendio quatro franceses y los demas se fueron huyendo heridos y maltratados[24].

Para enfrentar los franceses en Útila, se dispuso usar los barcos mercantes que se encontraban en Trujillo, los cuales estaban artillados. Se entiende que los españoles llevaron en las embarcaciones una buena cantidad de soldados; pues el alcalde de Trujillo con apenas 76 vecinos no pudo haber hecho tan singular hazaña. Debe entenderse que la capitana que se rindió se refiere al barco que muy probable comandaba el capitán Jeremías.

Por cierto, el capitán Jeremías, ya había sido derrotado en Puerto Caballos por el comendador Jerónimo Sánchez de Carranza, celebérrimo gobernador de Honduras y gran espadachín; a quien el mismo Miguel de Cervantes Saavedra alababa en uno de sus escritos. En la refriega de Puerto Caballos, Jerónimo Sánchez de Carranza con “catorce mulatos, con indios flecheros del rio Ulua y unos poquísimos españoles”, le produjo fuertes bajas obligándolo a refugiarse en Útila[25].

No se entiende como en la carta del cabildo de Trujillo, se omite la presencia del Gobernador Sánchez de Carranza, a quien debían obediencia como la máxima autoridad de Honduras. Por su parte el gobernador Sánchez de Carranza, en su informe fue claro cuando dice que mataron al corsario Jeremías y a su sobrino[26], ¿porque no lo menciona el cabildo? tal omisión podríamos atribuirlo a rencillas personales y envidias, típico del carácter hispánico.

Ese año de 1595, regreso Christopher Newport y nuevamente se le combatió, curiosamente esta segunda intentona tampoco se menciona por parte del cabildo, acaso porque quien condujo la defensa del puerto fue el comendador Jerónimo Sánchez de Carranza; quien pese a estar enfermo estuvo dirigiendo la batería (artillería). Después de eso Newport se retiraría de Honduras regresando a su tierra[27].

En la carta del cabildo de Trujillo se menciona otro corsario inglés, natural de Londres, según aseguraban, y que nombran en su traducción al español como Antonio Esterleyo. Quizá se trató de Anthony Sherley (1565-1636); quien realizo correrías por el Caribe en esas fechas y que al final de sus días; cosa curiosa, termino viviendo en España donde murió.

La carta del cabildo de Trujillo sobre Antonio Esterleyo o Anthony Sherley apuntalaba lo siguiente:

ultimamente un famoso cossario natural de Londres llamado don Antonio Esterleyo que traya una gruesa armada y avia hecho notables rovos y daños y tomado muchos  pueblos como fueron Sanctiago de Cabo Verde isla del Fuego y Xamayca y Santa Marta[28].

El corsario inglés, explicaba la carta, había echado en tierra “330 soldados armados con mosquetes, arcabuces y picas”, avanzando cubiertos bajo un fuerte ataque de artillería que era contestado desde la defensa de Trujillo. Mientras que desde las trincheras los vecinos les acometían con el fuego de sus mosquetes; causándoles muchas bajas, desanimados los corsarios se retiraron del lugar, poniendo distancia de tan feroz resistencia, sentenciaba la carta que los corsarios:

se fueron con notable despecho del dicho general cosario, teniendose por obra del cielo como lo fue que tan poca gente como ay en la dicha ciudad que no son vezinos pudiesen resistir a tanta gente tan apercivida y acostumbrada a no ser resistida ni vencida pero tanpoco lo asido jamas la dicha ciudad por la misericordia de Dios[29].

Jean Bontemps (Juan Buentiempo), Guillermo Bat, Juan Bautista de Larochela, Juan Planes, Jacome de Lapiel, maestre Clor, o como sea que se hubieran llamado; Christopher Newport, o Anthony Sherley  o Esterleyo; el corsario Jeremías, todos ellos asediaron violentamente la ciudad de Trujillo, pero se les combatió con denuedo según se lee en los informes y en las probanzas de méritos. Algunos pagaron con su vida, otros tuvieron que enfilar la proa hacia lugares donde poder agenciarse un botín con menos problemas. Por las fuentes que hemos podido consultar, se denota que la lucha fue constante y muy violenta. En el siguiente siglo, el XVII, iba a continuar la disputa contra piratas y corsarios, tanto en Trujillo, como en otros tantos lugares de la América española; donde unas veces se perdió tanto como se ganaba. Generalmente, las armas españolas, se imponían en la guarda de un imperio tan inmenso como no existió otro en la historia y en su defensa participaban todos: españoles, indígenas, mestizos, mulatos y negros. Pero tiempo habrá para contar lo que paso en las siguientes décadas con la ciudad de Trujillo y su singular lucha contra piratas y corsarios…      

Sigla: AGI Archivo General de Indias

Ilustración: Biblioteca Nacional de España


[1]  López de Velasco Juan. GEOGRAFIA Y DESCRIPCION UNIVERSAL DE LAS INDIAS. Ediciones Atlas, Madrid 1971 p. 155-160

[2] AGI. GUATEMALA, 112,N.16. Informaciones: Diego López. Informaciones de oficio y parte: Diego López, alcalde ordinario de Trujillo, regidor, teniente y oficial real de Guatemala, vecino de Trujillo (Honduras). Información contenida de 1571. Con parecer. Folio o imagen n° 3-4 disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/351567?nm

[3] Ibid. Folio o imagen n° 10

[4] AGI. GUATEMALA,114,N.21. Informaciones: Lázaro Tirado. información de oficio y parte: Lázaro Tirado, regidor de Trujillo, vecino de Trujillo (Honduras). Con parecer de la Audiencia. Folio o imagen n° 9 disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/351661?nm

[5] Ibid. Folio o imagen n°11-12

[6] AGI. GUATEMALA,113, N. 47. Informaciones: Alonso Becerra. Informaciones de oficio y parte: Alonso Becerra, soldado, vecino de Trujillo (Honduras). Con parecer de la Audiencia. Folio o imagen n° 1-2 disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/351633?nm

[7] Ibid. folio o imagen n° 3

[8]  AGI. GUATEMALA, 114,N.81. Informaciones: Mateo Simón. Informaciones de oficio y parte: Mateo Simón, soldado en la defensa del Puerto de Caballos, vecino de San Pedro. Con parecer de la Audiencia de 1584. Folio o imagen n° 9 Disponible en  http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/351721?nm   

[9] López de Velasco Juan. op cit  p. 155-160

[10] AGI. PATRONATO, 182, R.54. Relación de armas y sus dueños: Puerto Caballos y Trujillo.  Relación de las armas que habían en Puerto Caballos y Trujillo y vecinos que las tenían, hecha a petición del teniente de gobernador Diego López. Folio o imagen n°1 disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/125166

[11] Ibid. folio o imagen n°2

[12] Ibid.

[13] Ibid. folio o imagen n°4

[14] Ibid.

[15] Ibid.

[16] AGI GUATEMALA, 39,R.11,N.55 CARTAS DE GOBERNADORES. Carta de Rodrigo Ponce de León, gobernador de Honduras. Folio o imagen n° 1 disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/348696?nm

[17] Ibid.

[18] Ibid.

[19] Ibid. folio o imagen n°3

[20] AGI. GUATEMALA, 44A, N,34. Cartas de cabildos seculares. Expediente instruido a instancia de un memorial del cabildo secular de Trujillo en el que solicita la creación de un presidio para la defensa de los ataques de corsarios; el envio de negros; el cumplimiento de la real cedula en que se les concede mil pesos para la fortificación de la ciudad; y que se les haga merced para que no se paguen las alcabalas. Folio o imagen n°  3 disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/349355

[21] Véase las anteriores entradas de este blog titulado: Una de piratas: el comendador Jerónimo Sánchez de Carranza y su tropa de mulatos 1595 disponible en: https://omarvalladares.com/2022/10/04/una-de-piratas-el-comendador-jeronimo-sanchez-de-carranza-y-su-tropa-de-mulatos-1595/

[22] AGI. GUATEMALA, 44A, N,34. Cartas de cabildos seculares. Expediente instruido a instancia de un memorial del cabildo secular de Trujillo en el que solicita la creación de un presidio para la defensa de los ataques de corsarios; el envio de negros; el cumplimiento de la real cedula en que se les concede mil pesos para la fortificación de la ciudad; y que se les haga merced para que no se paguen las alcabalas. Folio o imagen n°  3 disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/349355

[23] Ibid. Folio o imagen n°4

[24] Ibid.

[25] Véase la entrada a este blog sobre la derrota del corsario Jeremías https://omarvalladares.com/2022/10/04/una-de-piratas-el-comendador-jeronimo-sanchez-de-carranza-y-su-tropa-de-mulatos-1595/

[26] Ibid.

[27] Ibid.

[28] AGI. GUATEMALA, 44A, N,34. Cartas de cabildos seculares. Expediente instruido a instancia de un memorial del cabildo secular de Trujillo en el que solicita la creación de un presidio para la defensa de los ataques de corsarios; el envio de negros; el cumplimiento de la real cedula en que se les concede mil pesos para la fortificación de la ciudad; y que se les haga merced para que no se paguen las alcabalas. Folio o imagen n°  4-5 disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/349355

[29] Ibid.

Un comentario en “Trujillo, Honduras, los valientes vasallos del rey y la lucha contra los corsarios 1570-1599

  1. Esta interesante tu ensayo. Yo tuve la suerte de recorrer el camino de huida que se construyó en Trujillo durante ese periodo . El mismo se le conoce como La Culebrina y te conduce a Sonaquera.

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