
Quizá la provincia de Honduras no era el destino más glorioso para un funcionario del imperio español, quizá la idea de salir de las honduras como se suele decir, alivio de algunos, es una expresión de la que hay que dudar, posiblemente cualquier posición en el engranaje de gobierno era preferible a pernoctar en las Españas, airear el espíritu con nuevas vivencias y paisajes siempre viene bien. Además, la provincia de Honduras podría ser una escala y escuela para ganar experiencia, renombre y pasar a otros cargos, el sueldo de cualquier manera no es que estuviera mal.
Debido a la extensión geográfica del dominio español es casi imposible conocer la cantidad de funcionarios y las cualidades de cada cual, es posible que algunos fueran unos verdaderos inoperantes, pusilánimes, o en el peor de los casos corruptos. Generalmente hubo mecanismos para asegurar el buen gobierno cuando se pudo y las distancias, costumbres y modos de cada región lo permitieron; cuando además prevalecían las cualidades y prendas del funcionario.
Uno de esos brillantes funcionarios que ejercieron el puesto de gobernador de Honduras, que se esmeraron por cumplir su papel fue el comendador, Jerónimo Sánchez de Carranza, natural de Sevilla nació ca.1540 y probablemente fallecería en Guatemala en 1608. Vale aclarar que el título de comendador se concedía en algunas ordenes militares, a una dignidad inmediatamente inferior a la de maestre, en el caso de nuestro gobernador perteneció a la orden del hábito de Cristo.
Fueron varias las virtudes que poseía Jerónimo Sánchez de Carranza: funcionario honrado y cumplidor, humanista, intelectual y rara avis, guerrero esforzado que manejaba con igual destreza la espada y la pluma.
El inmortal Miguel de Cervantes (1547-1616) en su libro La Galatea en el capítulo VI, El canto de Calíope, dice de Carranza:
Si quereys ver en una igual balança
al ruvio Fevo, y colorado Marte
procurad de mirar al gran Carrança
de quien el uno y otro no se parte.
En el vereys amigas pluma y lança
con tanta discrecion, destreza, y arte
que la destreza en partes dividida
la tiene a sciencia y arte reduzida[1].
La destreza o el arte que menciona Cervantes es la esgrima y lo de reducida a ciencia, es ni más ni menos la referencia al libro que publicó Carranza titulado: De la Filosofía de las Armas y de su Destreza y de la Agresión y Defensa Cristiana, que fue impreso en 1582.
Francisco de Quevedo (1580-1645) otro de los grandes de la literatura española, magnifico poeta, narrador, dramaturgo, y procaz burlador en su opúsculo infame titulado “Gracias y desgracias del ojo del culo”, fue gran seguidor de las enseñanzas de Carranza[2]. Quevedo pese a ser medio cojo y miope fue un consumado espadachín, en más de una ocasión se vio inmiscuido en duelos y pendencias, no es gratuito que este poeta cojo, sea personaje de las novelas de aventuras del capitán Alatriste del escritor español, Arturo Pérez Reverte (1951).
En agosto de 1589, el rey Felipe II (1527-1598), le concedió a Carranza la gobernación de la provincia de Honduras, acatando decía el rey:
lo que vos el capitan geronimo sanchez de carrança caballero del avito, de xpo (Cristo) me aveis servido y particularmente en la rreducción del Reyno del argarve (Algarve) hasta tomar posesión del en mi nombre y confiando que lo continuareis en las cosas que se os encomendaren tengo por bien y es mi merced que seais mi governador y capitán general de la provincia de Honduras[3].
Carranza fue nombrado en sustitución de Rodrigo Ponce de León, por este cargo en la Real Provisión el rey afirmaba que:
es mi voluntad que ayais y lleveis de salario con los dichos cargos a raçon de myll pesos de minas que son de a raçon de quatrocientos y cinquenta cada uno en cada un año[4]…
Dicho salario empezaría a ser efectivo desde el momento que el funcionario se embarcara en el puerto de Sanlúcar de Barrameda o en Cádiz con destino a las Indias[5].
Cuando fue nombrado gobernador de Honduras, uno de los primeros lugares donde puso orden fue en Trujillo. Allí dio disposiciones de política urbana como regular el abasto de carne y demás víveres[6], puso en disposición la defensa del lugar, como en toda la ciudad solo se contaba con seis arcabuces, ordeno a los vecinos que adquirieran más[7], porque con tan pocas armas no era posible que enfrentaran con éxito los ataques de corsarios y piratas. Igualmente promovió el respeto por los derechos de los indígenas.
Como no había orden, armonía ni respeto por las leyes, mandó a construir una cárcel, sin faltar, como era usual en esos tiempos, los instrumentos de tortura[8]…
A los hombres de la ciudad les ordenó cargar las espadas en sus correas, a la manera que se hacía en los puertos, pues los vecinos caminaban todos con un bastón. Sentenciaba Carranza: por escusar los daños que los unos vecinos pueden recibir de los otros haciendo con el palo lo que había de hacer (con) la espada[9], más ideal caballeresco no podía haber en esa reconvención.
La ciudad de Comayagua, sede de la gobernación era hervidero de corrupción, pulcro como era Carranza, entró en conflicto con el tesorero de la provincia, Gregorio de Santiago, quien malversaba los fondos, como resultado de esto también entró en pugna con el obispo de Honduras, fray Gaspar de Andrada, quien protegía al tesorero Santiago[10]. Había fuertes indicios de que el obispo participaba de la corrupción, parecía ser hombre no tan santo ni de iglesia.
Carranza y la refriega de los piratas 1595
Se le reconoce a Jerónimo Sánchez de Carranza por su denodada defensa de la provincia contra los ataques de piratas, una lucha que algunas veces se ganaba tanto como se perdía, aunque generalmente las armas españolas a la larga prevalecían. El gobernador Carranza los enfrentó en dos ocasiones y dio muestras de gran valor.
Una de esas contiendas aconteció en el puerto de Caballos (hoy Puerto Cortés) todos los pormenores de la refriega en Puerto Caballos se conocen por varios informes que el gobernador envió a sus superiores de la Audiencia de Guatemala y al rey. En primer lugar, el gobernador debió de movilizarse desde Comayagua con pocos soldados, porque las autoridades locales, las cuales no le eran muy afectas por la forma en que este combatía la corrupción, no le brindaron apoyo y prefirieron quedarse a buen resguardo en Comayagua, lejos del mar y del combate; muy valientes ya no eran los herederos de los duros conquistadores; no todos por supuesto.
Por informe redactado en la villa de San Pedro (hoy San Pedro Sula) con fecha de 21 de septiembre de 1595, se nos ilustra que al puerto de Caballos habían arribado cuatro naos de franceses y que en todo ese año habían estado acechando la costa unas diez[11], según el informe estos forajidos habían causado muchos robos e incendios en aquel lugar y sabían que Carranza estaba en San Pedro retándolo a que fuera a enfrentarlos, “que allá vería a Francia y expresándole otras desvergüenzas”[12].
Lamentaba el gobernador “su corta ventura y que no contara con hombres de guerra para hacer una buena suerte” es decir lanzar una ofensiva contra los invasores franceses y añadía en su informe que:
“ movio dios mi coraçon y junte doze o catorce vaqueros con dexarretaderas (desjarretaderas) y cuatro o sinco españoles sin armas que no ay mas en esta ciudad y sincuenta yndios flecheros y di el estandarte real al contador romero y con algunos bastimentos con grande secreto me baxe al puerto y me aloje un tiro de arcabus del pueblo quemado y puse centinelas de a pie y de a cavallo por toda la playa”[13].
La táctica que el gobernador Carranza buscaba poner en práctica por su escaso número de tropa era emboscar a los piratas, pero no tuvo la oportunidad de hacerlo.
El sábado 26 de agosto, alrededor de las dos de la madrugada, se le aviso al gobernador que una lancha grande había echado en tierra muchos mosqueteros y piqueros, ordenando su escasa tropa se puso en marcha con una luna dice Carranza que parecía de dia; “ y en llegando a buen paraje mande al tambor que tocase arremeter y di Santiago en ellos”[14].
En esta primera carga mataron unos pocos piratas franceses y rompieron el escuadrón enemigo que tan bien formado marchaba, reordenando su gente el gobernador Carranza y antes que los piratas cargasen de nuevo sus mosquetes, al grito de “Santiago a ellos” volvió a cargar contra los malvivientes del mar, lo hicieron con tanto ímpetu comenta el gobernador en su relato, que de unos cuarenta piratas apenas escaparon cinco o seis y malheridos, asimismo prendió unos siete[15]; los demás quedaron inertes y fríos en el campo de batalla.
De la tropa de Carranza no hubo bajas que lamentar, apenas un herido y tres caballos muertos, regresando a San Pedro con los siete prisioneros, algo escabroso fue que aquellos regresaban con las cabezas cortadas de algunos piratas[16], el gobernador escribió en su despacho o parte de guerra que él no había autorizado aquel despropósito.
Los piratas franceses a bordo de cuatro lanchas volvieron buscando revancha, en este punto se menciona que al mando estaba un pirata nombrado hieremias (Jeremías) junto con un almirante que Carranza solo nombra como Casaos[17], al parecer entre ambos piratas surgieron desacuerdos y poco después volvieron a embarcarse.
Como buen católico el triunfo de las armas la atribuye Carranza a la providencia divina, al valor de sus soldados, y por lo que se colige leyendo su informe al efecto de una treta o la novelería de los propios piratas, el caso es que cita Carranza:
a medianoche quando los peligros se rrepresentan a la imaginación mayores mucho de lo que son no solo a los yngnorantes y visoños pero a los soldados mas scientificos y experimentados y los desbarato prendio y mato y dellos no se les escaparon mas de los que llevaron a las naos las tristes nuevas y todo esto no con mas armas ofensivas que con su espada en la mano ni con mas defensivas en su cuerpo que un jubón blanco de olanda que fue de lo que mas se espantaron los henemigos[18]…
Vestido con un jubón blanco y de madrugada aquellos malhechores del mar debieron de pensar que era el mismísimo apóstol Santiago que venía otra vez en defensa de sus españoles.
En uno de sus apuntes el gobernador da más datos sobre el origen de su pequeña tropa de valientes, apuntaba Carranza que, con apenas catorce mulatos y negros vaqueros, bisoños, y recalca que desarmados que nunca habían estado en combate y que además se espantaban de oír un mosquete; en tono socarrón, racista dirán algunos, estos mulatos dice: que en solo oyr el nombre de yngles o de franceses perdian el color negro y temblavan[19].
Tres días necesitó Carranza para poner aquellos mulatos y simples vaqueros listos para el combate. Asimismo, Carranza anotó que llevó 50 indios flecheros del rio Ulua pero que al fragor del combate huyeron, aunque cuatro caciques permanecieron y usaron bien de sus arcos y sus flechas[20]. Según explicó, en este grupo de combatientes apenas hubo cuatro o cinco españoles.
La lista de sus valientes la brinda Carranza, y enumera entre ellos a:
los que aquella noche se hallaron conmigo son los siguientes los mulatos y negros y mestiços y españoles, alonso gomez mulato caudillo de los negros y mulatos, juan gomez mestiço caudillo de los yndios de Ulua
diego pinto mulato
diego martin mulato
y bartolome negro
francisco mulato
diego de la canal negro
sebastian mestiço
marcos negro
los españoles que fueron a esta jornada el contador francisco romero alférez gregorio de alvarado caudillo de los españoles, don geronimo sanchez de carrança hijo menor del governador, fernando de chaves
diego lopez arcabucero
rodrigo de lemos
pedro de andara artiero
santos artiero
villarubia mulato
fernando de armenta
juan gomez gago
juan gomez
juan ximenez scrivano
castro scrivano
geronimo de castro muchacho
antonio boquin
y algunos marineros
y los yndios
Tome criado del contador[21].
Jerónimo Sánchez de Carranza, en otro informe por cierto muy confuso y un poco deteriorado por el paso de los siglos, cuenta que luego del zafarrancho los piratas franceses acordaron refugiarse en la isla de Utila, donde la disciplina se fue al traste, ya que estaban inconformes por las bajas que tuvieron, porque no pudieron robar mucho y además el jefe de ellos, el llamado Jeremías, se bebió todo el vino[22]; borrachos y delincuentes al fin.
Se destinó un navío para ir a enfrentarlos a la dicha isla y Carranza afirmó que:
Fueron y los hallaron que salían a la vela y dentro del puerto calmo la capitana del enemigo y a la nuestra en fin tomaron la capitana y el patax y mataron al dicho general geremias y un su sobrino y los que mas pudieron y prendieron algunos como V.M vera del discurso de los papeles y cartas que van con esta[23].
El otro enfrentamiento contra los malvivientes del mar tuvo como escenario la ciudad de Trujillo, los partes de guerra que Carranza envió a las autoridades superiores tienden un poco a confundir, por lo apresurado que pudo ser todo aquello y siendo como era un escritor calificado es posible que no tuvo a tiempo de ordenar la cronología de los hechos. En diferentes despachos comenta los sucesos de Trujillo por lo que entender la urdimbre del relato resulta complicado.
En sus apuntes Carranza narra que estando en Trujillo, enfermo y en cama se hizo llevar en una silla a la playa donde asistió toda la tarde de la “batería” (artillería) hasta que, con estratagemas y ardides, comenta que logro echar del puerto al capitán ingles Cristobal Neoporte[24] (Christopher Newport) el que con más de 200 soldados intento apoderarse de la ciudad.
Un libro recientemente publicado subraya que este Cristóbal Newport en 1592 anduvo merodeando y asaltando la costa de Honduras atacando Puerto Caballos con éxito, pero que no pudo realizar lo mismo en Trujillo, y destaca que:
A inicios, de 1594, una vez más, el capitán Newport salió de Inglaterra con rumbo las Indias. Al parecer atravesó las Antillas sin realizar alguna actividad; arribo al litoral de Nicaragua para después desembarcar en Puerto de Caballos. No logro tomar la ciudad porque el gobernador de Honduras, Jerónimo de Carranza, logro evitarlo. Los anglosajones, entonces pusieron rumbo a la bahía de Honduras, donde unieron fuerzas con John Middleton. Newport decidió regresar a Europa porque no había logrado hacerse de alguna presa[25].
Es evidente que el antecitado texto difiere un poco de lo que apuntamos en este escrito, porque Carranza según su informe enfrento unos piratas franceses en Puerto Caballos y al inglés Newport en Trujillo.
A propósito de los vecinos de Trujillo es de imaginarse que tampoco tenían simpatía por el gobernador Carranza, la corrupción parecía estar en todas partes de la provincia, refiere el gobernador que una de esas noches, otra invasión de ladrones del mar aprovechando un fallo de la vigilancia, y que estaba enfermo, los piratas asaltaron la ciudad, los vecinos expuso Carranza:“huyeron al monte descalços destocados en camissa y sin espadas[26]. Esa noche Carranza como pudo y pese a estar enfermo logro ponerse a salvo, encontrando a los pobladores escondidos en la floresta[27], en esa ocasión los piratas no pudieron robar nada porque el gobernador tuvo el acierto de ordenar que se pusieran a salvo las cosas de valor y por supuesto los bienes de las cajas reales…
Estas fueron las ocasiones en que el gobernador de Honduras enfrento los piratas y malvivientes del mar, al menos es lo que hemos entresacado de los legajos que se han consultado, pero la documentación no está del todo examinada. Por otra parte, Jerónimo Sánchez de Carranza, a quien seguramente no se le escapaba ningún detalle de la provincia que gobernaba, en esa misma zona, descubrió, y asumimos que no dejo de sorprenderlo que unos pobladores indígenas del caribe hondureño portaban sendos arcabuces, las armas de fuego del español. Puso cuidado en ello el gobernador denunciándolo en su informe:
Tambien aviso a V.M que teniendo notizia que algunos yndios andavan como ynsolentes les mande buscar las casas y se le quitaron algunos arcabuces como ochenta (?) y algunas lanzas y adargas y mandoles asentar sus milpas y sementeras no los tenian con malizia sino con color de cazar benados y los dieron luego y aunque se le quitan bera V.M si es justo hazerles alguna cosa por ellos porque creo que no savian que huviese pena aunque creo que saven que les es vedado y no se podra saver dellos quien se los vende mas que se entiende que son rescatadores y ay tanta caza de venados que lo tienen por granjeria socolor de sus fiestas y de hazer cavallos en la provinzia de Chiapa lo mejor es que no los tengan[28]…
Cabe preguntarse cómo estos indígenas obtuvieron esas armas, cómo obtenían la pólvora y quien les instruyó en su uso, con tal poder de fuego es sorprendente que no empezaran una rebelión contra el gobierno de la provincia. Es de suponerse que pudieron adquirirlas de los piratas ingleses o franceses, pero no se descarta que pudieron ser vendidos por algún traficante español; aquella era una región frecuentada por piratas corsarios y contrabandistas de toda ralea.
Reitero, no quiero especular si hubo o no más escaramuzas contra los piratas en el gobierno de Sánchez de Carranza, pues son varios informes sobre su periodo que esperan ser estudiados a conciencia, especialmente su controversia con el obispo de Honduras. No es difícil suponer que Carranza hubiera preferido enfrentar decenas de veces a los perros del mar, los mendigos del mar o toda la hermandad de la costa, nombres con que se autodenominaban los piratas que enfrentar las tremebundas conspiraciones de los corruptos de Comayagua y el obispo de Honduras, obispo que dicho sea de paso durante sus 25 años a cargo del obispado le hizo la vida imposible a varios de los gobernadores de Honduras, señal inequívoca que aquel se refugiaba en su sotana para entorpecer la gobernanza en la provincia.
También fue notable y de vital importancia para el éxito de la gestión de Carranza el apoyo de los mestizos, negros, mulatos libres y de los indios del Ulua para enfrentar la amenaza de los piratas, de los indígenas que huyeron no es que fueran cobardes, lo más seguro que no eran guerreros sino más bien hortelanos, pues los indígenas que se quedaron afirmo Carranza, usaron muy bien de sus arcos y flechas. Los que avergonzarían las antiguas huestes de conquistadores fueron sus descendientes, escapando del enemigo en medio de la noche, algo no muy propio de valientes y esforzados castellanos.
Esa unión de todos contra una amenaza común, sin importar estatus o color de la piel debería de hacernos repensar el momento histórico que se vivía, es decir repensar el momento de transición del antiguo mundo indígena a ser ciudadanos de un imperio y la defensa de este.
Asimismo, se presta para una discusión histórica si Honduras era un buen lugar para ejercer un cargo, en el caso de Jerónimo Sánchez de Carranza, con notables influencias cortesanas pudo optar a un puesto en otra provincia con mejor salario, pero termino en Honduras. Otros podían hacer un recorrido a la inversa, empezar en una provincia por demás lejana con respecto a las metrópolis americanas o de las Españas; es el caso de Juan María, Barón de Riperdá (1725-1780) noble de origen holandés quien fungió como gobernador de la provincia de Tejas (hoy Estados Unidos) y luego fue destinado a la gobernación de Honduras donde murió al poco tiempo. En 1778 (?) al virrey de Nueva España (México) se le pedía desde Madrid que Ana de Parada, viuda del Barón de Riperdá se le permitiera embarcarse para España con sus dos hijos[29].
En este escrito cuando me refiero a los piratas y corsarios como delincuentes, malhechores, asaltantes de mar es porque lo fueron y no debe importar que los trate así, es un juicio de valor dirán los historiadores, pero a los piratas no les importara pues hace siglos se los comieron los peces del mar. El cine de Hollywood se ha encargado de crear la falsa ilusión de que eran geniales, amantes de la libertad, valientes y esforzados en suma todos unos héroes, pero asesinaron, robaron, violaron, y esclavizaron indígenas en algunos casos.
Durante dos siglos estos piratas ingleses, franceses y holandeses, robaron y asesinaron en el caribe hondureño y las posesiones españolas en general, cuando cumplieron el cometido ex profeso que buscaban las potencias rivales de España, todos se unieron para extirpar ese lastre, cualquier otra identificación con organizaciones criminales actuales no es casual, de alguna manera pueden coincidir en su creación, apogeo y virtual extinción.
Esos piratas y corsarios dieron paso a otros merodeadores, la nao y carabela antigua dio paso a la quinta, sexta, o enésima flota de los imperios del siglo XIX-XX, otros con el disfraz de organismos de crédito internacional, empresas multinacionales, han venido como siempre, buscando apoderarse de Centroamérica, tierra que siempre los centroamericanos les estamos disputando y todavía prevalecemos…
[1] Cervantes Saavedra Miguel de. Obras Completas: La Galatea libro sexto Real Academia Española. Tipografía de la REVISTA DE ARCHIVOS BIBLIOTECAS Y MUSEOS. MADRID,1917, Tomo I, p.328-329 disponible en: http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000250535&page=1
[2] Real Academia de Historia. Diccionario Biográfico español, disponible en: https://dbe.rah.es/biografias/34193/jeronimo-sanchez-carranza-de-barreda
[3] AGI, PATRONATO,293,N.12,R.1. Real Provisión al capitán Jerónimo Sánchez de Carranza, caballero del Hábito de Cristo, nombrándole gobernador y capitán general de la provincia de Honduras. Folio o imagen n° 1. Disponible en http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/132031?nm
[4] Ibid. Folio o imagen n° 4-5
[5]Ibid.
[6] AGI. GUATEMALA, 39, R.12, N.58. Carta de Jerónimo Sánchez de Carranza, gobernador de Honduras, 29 de enero de 1591 folio o imagen n° 3-4. Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/348699?nm
[7] Ibid.
[8] Ibid.
[9] Ibid.
[10] AGI. GUATEMALA,39, R.12,N.62. Carta de Jerónimo Sánchez de Carranza, gobernadora de Honduras, 5 de junio 1595, folio o imagen n° 7-12 disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/348703?nm
[11] AGI. GUATEMALA, 39.R.12, N.65. Carta de Jerónimo Sánchez de Carranza, gobernador de Honduras, 21 de septiembre 1595, folio o imagen n° 1. Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/348706?nm
[12] ibid
[13] Ibid. Folio o imagen n° 2
[14] Ibid.
[15] Ibid.
[16] Ibid. Folio o imagen n°3
[17] Ibid. Folio o imagen n° 3
[18] AGI. PATRONATO,267,N.1,R.86. El comendador Carranza, gobernador de Honduras, cuenta una refriega que tubo con unos corsarios franceses en Puerto Caballos, 4 de marzo 1596, folio o imagen n° 3. Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/127521?nm
[19] Ibid.
[20] AGI. GUATEMALA, 39, R.12, N.63. Carta de Jerónimo Sánchez de Carranza, gobernador de Honduras, 27 de agosto de 1595, folio o imagen n° 1-2. Disponible en http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/348704?nm
[21] AGI, PATRONATO, 267, N. 1, R.86. El comendador Carranza, gobernador de Honduras, cuenta una refriega que tubo con unos corsarios franceses en Puerto Caballos, 4 de marzo de 1596, folio o imagen n°5-6. Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/127521?nm
[22] AGI. GUATEMALA, 39,R.12,N.66. Carta de Jerónimo Sánchez de Carranza, gobernador de Honduras, 30 de noviembre de 1595, folio o imagen n° 1. Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/348707?nm
[23] Ibid. folio o imagen n° 2
[24] AGI. GUATEMALA, 39,R.12,N.62. Carta de Jeronimo Sanchez de Carranza, gobernador de Honduras, 5 de junio de 1595, folio o imagen n° 1. Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/348703?nm
[25] de la O. Torres, Rodrigo Alejandro. DE CORSARIOS, MARES Y COSTAS: el corso en la construcción del espacio y experiencias marítimas en el Golfo-Caribe 1527-1620 Universidad Autónoma de Aguascalientes, México, 2020 p. 321 disponible en: https://www.academia.edu/44258260/De_corsarios_mares_y_costas_El_corso_en_la_construcci%C3%B3n_del_espacio_y_experiencias_mar%C3%ADtimas_en_el_Golfo_Caribe_1527_1620
[26] AGI. GUATEMALA, 39,R.12,N.62. Carta de Jerónimo Sánchez de Carranza, gobernador de Honduras, 5 de junio de 1595, folio o imagen n°1. Disponible en http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/348703?nm
[27] Ibid.
[28] AGI. GUATEMALA, 39,R.12,N.66. Carta de Jerónimo Sánchez de Carranza, gobernador de Honduras, 30 de noviembre de 1595, folio o imagen n° 4. Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/348707?nm
[29] Archivo General de Simancas. SGU, LEG,7044, 4. Viuda del Baron de Riperda. Regreso. Folio 1-3 Disponible en: http://pares.mcu.es/ParesBusquedas20/catalogo/description/1298886?nm
*AGI – Sigla Archivo General de Indias
Mapa – Archipelague du Mexique ou sont les Isles de Cuba, Espagnole, Iamaïque, &c. [Material cartográfico]
Un comentario en “Una de piratas: el comendador Jerónimo Sánchez de Carranza y su tropa de mulatos 1595”