De los nepotismos coloniales a los republicanos

En 1669, Esteban Medrano Y Solorzano, languidecía a la espera de un puesto en el aparato gubernamental del imperio español, en 1647 fungió como alcalde ordinario de la ciudad de Guatemala y en 1651 sirvió el oficio de Canciller de la Audiencia en la misma ciudad, casado con Madalena de Mazariegos, hija del bisnieto de Diego de Mazariegos, antiguo conquistador de la entonces provincia de Chiapas el cual había acompañado a Hernán Cortés en su gran viaje desde México a las Hibueras (Honduras)

Del matrimonio con esa dama linajuda, Solorzano había engendrado ocho hijos legítimos a los cuales se lamentaba no “podía sustentar y dar estado (status es mas preciso) que piden sus obligaciones”, por lo que rogaba al rey en España, el gobierno o Alcaldía mayor en alguna provincia centroamericana y que le concediera además la tercera vida de una encomienda (servicio obligatorio de indígenas institución que solo se permitía por dos vidas y que sirvió para la explotación laboral de las poblaciones autóctonas).

En buen castellano y como diríamos coloquialmente el tipo estaba pidiendo una chamba del estado, una suerte de burócrata como cualquier otro y que tanto han pululado en nuestras tierras, por supuesto el único merito que tenia era aferrarse a glorias pasadas de antiguos linajes familiares. Y es que Esteban Solorzano era bisnieto nada mas y nada menos que de Juan Rodríguez Cabrillo (nacido en Córdoba alrededor de 1498-1500), personaje que ha sido estudiado profusamente por la historiadora Wendy Kramer, quien al decir del historiador Mario Felipe Martínez fue la que le comento de un cacique de la provincia de Cerquin (que resulto ser Elempira) y la probanza de méritos de un conquistador que resulto ser Rodrigo Ruiz, el conquistador que lo mato en singular combate.

Cabrillo estuvo en la toma de Tenochtitlan bajo las órdenes de Cortés siendo herido en esa impresionante ciudad de los aztecas, posteriormente participo en la conquista de Oaxaca y en compañía de Pedro de Alvarado vino a la conquista de Guatemala y Honduras. Luego de la pacificación del territorio vino la molicie y la vida buena, y unos años ejerciendo el pacífico oficio de comerciante. Nuevamente se uniría al barullo de nuevas conquistas y expediciones, siendo Pedro de Alvarado el que le endulzo el oído con promesas de nuevas glorias y riquezas que les esperaban en las islas de la especería y el Maluco o islas de las especias, que no especies, ni lerdo ni perezoso y con el impulso que caracterizo a esa generación de españoles, se dedicó a la construcción de las naos para dicha expedición, labor que según Solorzano, estuvo a cargo de su notable antepasado quien superviso cada aspecto del trabajo, obras que se realizaron en el puerto de Iztapa en la actual republica de Guatemala, aunque algunos historiadores sugieren que la construcción de las naves se realizó en el puerto de Acajutla en la actual republica de El Salvador. Una vez hechos a la mar (1540-1541) enfilaron rumbo norte, Pedro de Alvarado el comandante de la flota se detuvo en las costas de la Nueva Galicia (actual estado de Jalisco, México) donde urgido por la situación se unió a la contienda para someter una revuelta indígena donde moriría aplastado por un caballo, él quien fuera un notable jinete (1541). Cabrillo continuaría al mando de la flota y siguió navegando rumbo al norte mas allá de la Baja California territorio que ya había sido descubierto desde los tiempos de Hernán Cortés. Cabrillo habría de llegar a la bahía de San Diego, San Pedro (el puerto de Los Ángeles), Santa Mónica (área metropolitana de Los Ángeles) el 3 de enero de 1542 Cabrillo moriría en una escaramuza contra indígenas de esa zona, siendo enterrado supuestamente en la isla de Santa Catalina, aun hoy día este personaje es ampliamente recordado en el estado de California.

Como Solorzano van a desfallecer otros muchos, solicitando de la corona alguna merced o ayuda para ir pasando sus vidas, completamente rutinarias y sin ninguna actividad productiva. Vivir de la teta del Estado es una expresión muy usual la que se refiere a los individuos que usando y abusando del poder, de redes familiares y del nepotismo de todas las épocas gozan de todas las prerrogativas del poder para beneficio y lucro propio de su entorno social y familiar. En el caso de Solorzano es patético pues basaba sus méritos quizá los únicos que poseía en lo que un antepasado ilustre había hecho nada menos que 116 años atrás. Esa carga colonial aun se sigue llevando en nuestras tierras, algunas familias aun se aferran al poder viviendo del Estado ostentando blasones apolillados de viejo cuño o de decimonónica procedencia. Si no son de familia antigua de fundadores coloniales o republicanas, los son de caciques pueblerinos, matones para mas señas, antiguos generales de cerro como el actual e ilegitimo presidente de Honduras, hijos o nietos de presidentes mas mediocres que mandatarios, sin contar descendientes de ministrillos, diplomaticos y embajadores de cuarta categoria, antiguos jueces, rectores universitarios y más de alguno que otro escritorzuelo de poca monta, o intelectual de pacotilla, así somos en nuestras tierras…

Omar Aquiles Valladares, Historiador

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